EQUIPO DE ORACIÓN PROFÉTICA


Quiero compartir con usted el propósito, poder y protección que el trabajo de equipo provee en la oración profética. También consideraremos cómo tal equipo de oración es formado y cómo funciona: cómo es puesto en orden para operar.

A. PODER Y PROPÓSITO DE UN EQUIPO

Leamos lo que nos dice Jesús en Mateo 18:19, 20: “Otra vez digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

Jesús enseñó que hay algo especial respecto al orar juntos. La oración en equipo tiene un poder mayor que cuando oramos solos. Hay un misterio aquí, el cual no entendemos cabalmente.

La oración privada es importante y necesaria. Sin embargo, Jesús les está diciendo a Sus discípulos que Él estará con ellos de modo insólito y poderoso cuando se congreguen “juntos” para orar.

1. Fortaleza En La Unidad
En la unidad está la fuerza. ¡Hay fuerza espiritual en la unidad espiritual! Este es un principio o verdad importante. Cuando estamos vinculados en una misma mente y parecer en el Espíritu de Dios, Él se moverá con gran poder y propósito a nuestro favor.

“¿Cómo podría perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez mil…” (Dt 32:30).

Cuando Dios es la fuerza detrás de la acción, dos son diez veces más efectivos en oración que uno.

El principio de fortaleza “unificada” es verídico tanto para un bien grande, como para un mal grande. El poder de un pueblo, es multiplicado cuando se unen para un propósito común. Esa fue la razón que motivó a Dios para confundir las lenguas del pueblo que edificaba la torre de Babel.

“He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer(Gn 11:6).

Ese mismo concepto de “en la unidad está la fuerza”, puede ser hallado y seguido en la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis. Por supuesto que ese es un principio que Dios desea que pongamos en práctica cuando oremos. Jesús estaba enseñando a Sus discípulos una verdad muy básica e importante.

Mi técnica o enfoque en el ministerio ha sido siempre trabajar en equipo. No creo que las personas con una actitud independiente puedan edificar el Cuerpo de Cristo de la mejor manera. Veamos cómo trabaja esto cuando se trata de formar un equipo de oración profética.

a. El Amor Produce Unidad. Jesús dijo que podemos esperar la bendición de Su presencia cuando nos congregamos en Su Nombre. ¿Cómo podemos tener un equipo que trabaje unido?

El modo en que un grupo de personas puede realmente trabajar unido como un equipo, es a través de la unidad producida por el Espíritu Santo. “…porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Ro 5:5). El amor produce unidad. El Espíritu Santo llena nuestros corazones del amor de Dios, es por eso que podemos amarnos los unos a los otros.

b. La Arrogancia [Orgullo] Produce Desunión. La desunión es resultado de la arrogancia. “Ciertamente la soberbia concebirá contienda [enemistades, disensiones]…” (Pr 13:10). El enemigo hará lo mejor que pueda para destruir su ministerio en el equipo de oración, con discordias y desavenencias.

Si usted ve eso suceder, la mejor solución es conducir un servicio donde los miembros del equipo se laven los pies los unos a los otros. Eso quebrantará la arrogancia. “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros” (Jn 13:14).
2. La Voluntad De Dios Revelada / Confirmada
El Espíritu Santo revelará la voluntad del Padre cuando nos humillemos ante Él y entre los unos y los otros. A medida que nos rendimos a la acción del Espíritu Santo en oración, Él nos conducirá a la armonía de corazón y unidad de mente.

Para entonces comenzaremos a orar, pensar y sentir lo que está en el corazón y mente de Dios. A medida que la revelación empieza a trabajar tendremos varios miembros del equipo que confirmarán lo que se ha recibido. Descubrirá que la misma revelación, habrá sido otorgada a más de un miembro del equipo. Cuando eso sucede, provee confirmación de que estaremos recibiendo la mente de Dios como resultado de nuestras oraciones.

Los equipos de oración profética, suministran un modo poderoso y sano para interceder por los demás y para descubrir la voluntad divina. Es un medio de permitir que el Espíritu Santo ministre a través de Sus dones en sabiduría y poder.

Hay oportunidad para que Su Palabra y voluntad sean expresadas de manera equilibrada con otros hermanos y hermanas en Cristo. La palabra u oración profética emerge en un ambiente [escenario] donde otros la pueden probar y juzgar.

Tornémonos ahora a 1 Corintios 14:31 para nuestro texto: “Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados”.

3. Entrenamiento En El Uso De Los Dones Espirituales
Tenemos que aprender a usar los Dones del Espíritu. Los líderes de la Iglesia, deben asumir responsabilidad para proveer actividades en las que los creyentes puedan aprender a orar oraciones proféticas. Una manera excelente de entrenar a otros es por medio de unir a los que desean aprender con los miembros de los equipos de oración más experimentados.

Pablo anima a los creyentes de Corinto a que no sólo procuraran los dones espirituales, sino también a “abundar” en ellos (v 12). La terminología “abundar”, significa ser más efectivo o mejor en nuestros esfuerzos. Esto envuelve aprendizaje por la experiencia.

a. La Voluntad de Dios / La Alternativa Del Hombre. La voluntad de Dios es otorgar Sus dones (1 Co 12:7-10) a todos los que le buscan y le procuran con vehemencia y determinación (1 Co 12:31; 14:1; 14:39).

Dios responde positivamente al deseo que mostremos por Sus dones, siempre y cuando nuestros motivos sean para la edificación y bendición del Cuerpo de Cristo.

Es cierto que Dios tiene el derecho de otorgar dones según Su propia voluntad y deseo. Todas las cosas comienzan y terminan en Él. Sin embargo, Dios ha conferido al hombre la libertad para desear y solicitar ser parte de Su maravilloso plan.

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mt 5:6)
A medida que nos deleitamos en hacer Su voluntad, Dios coloca Sus deseos en nuestros corazones (Sal 37:4, 5). A medida que procuramos tales deseos con fe y obediencia, Dios nos escoge y prepara para hacer Su voluntad.

Desde nuestra posición, es como si nosotros escogemos ser escogidos. Sin Él, nada podemos hacer; sin nosotros, Él no hará. Es ahí donde está el equilibrio entre la soberanía de Dios (el derecho de hacer lo que Él quiera) y la libertad del hombre para escoger.

Pablo nos anima a procurar los Dones del Espíritu en fe, y desarrollarlos en obediencia. Es a través de los Dones de Dios que Su amor puede extenderse hacia un mundo enfermo y sufrido. El amor es el motivo, y la oración es el medio por el cual nuestro testimonio y trabajo comienza en el mundo.

Consideremos ahora los pasos prácticos que necesitaremos seguir en la formación de los equipos de oración profética.

B. PRINCIPIOS / PAUTAS PARA UN EQUIPO

La Palabra de Dios nos otorga los principios a través de los cuales, un equipo de oración profética puede funcionar de modo seguro y sano. El Apóstol Pablo nos da un consejo maduro en 1 Corintios 14:29: “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen”.

1. Tres Principios
Hay tres principios o verdades prácticas expresadas en este versículo:

a. “...los profetas hablen”, ¡Eso es libertad!

b. “dos o tres”, ¡Eso es limitación!

c. “y los demás juzguen”, ¡Eso es responsabilidad!

2. ¿Por qué Son Esos Principios Necesarios?
a. Libertad. Primero que nada, es importante permitir que los dones espirituales sean expresados. Sin libertad, el Espíritu Santo es “contristado y extinguido”.  Podemos silenciar Su voz en nuestra iglesia (1 Ts 5:19; 1 Co 14:39).

b. Limitación. En segundo lugar, los líderes deben establecer límites sensibles al número de oraciones proféticas expresadas por una persona. El pensamiento en la mente de Pablo, es prevenir que una sola persona domine la sesión de oración.

Si el ministerio profético pasa a la congregación (en oposición al ministerio conducido en un pequeño círculo de oración), existe el peligro de que debilitemos el impacto de la oración profética si se expresan tantas que se pierda la atención de la congregación (1 Co 14:40).

c. Responsabilidad. Tercero, los líderes pueden juzgar y pesar el espíritu y contenido de una profecía u oración profética de manera responsable. Esto es necesario porque nadie es “infalible”, en otras palabras, estar exentos de cometer errores.

Si alguien expresa u ora algo que no es apropiado o es falso, los líderes están para corregir bondadosamente. Al hacerlo así, el creyente aprenderá a utilizar los dones debidamente.

Si una oración profética “da en el blanco”, los líderes también deberán afirmar este hecho. Esto animará al aprendiz.

3. Seis Pautas
Las siguientes pautas, han sido desarrolladas con los años de la experiencia práctica con los equipos de oración alrededor del mundo. Estas no son normas obligatorias, sino sugerencias prácticas basadas sobre principios espirituales saludables. Creo que usted encontrará que son de utilidad:

a. Creyentes Maduros [capacitados]. Seleccione seis u ocho creyentes maduros. Deberán ser personas bautizadas con el Espíritu Santo y que hayan aprendido a usar el Don de Lenguas (o profecía) en oración. Dos parejas casadas, un varón soltero y una dama soltera, formarán un grupo ideal y variado. Agregue las personas que están bajo entrenamiento a un equipo como éste, únicamente después que el equipo haya adquirido experiencia en la oración profética.

b. En Un Círculo. Pídales que se sienten en forma de círculo.

c. Dé Reconocimiento A Cristo. Pídales que oren esta oración: “Confesamos juntos que Jesús es Señor. Recibimos Su presencia entre nosotros en la persona del Espíritu Santo. Solicitamos que nos unja ahora mismo para la oración profética”. (Recuerde, su justicia está basada sobre la cruz de Cristo y la sangre que Él derramó.)

d. La Armadura De Dios. Luego, pídales que expresen las siguientes articulaciones de orden: “Señor, Tú dijiste que todo lo que atáramos sobre la tierra, será atado en el Cielo. Ahora mismo atamos los poderes de las tinieblas que procuran oponerse o impedir este ministerio de oración en el poderoso Nombre de Jesús.
Usamos el yelmo de la salvación por medio del cual descartamos de nuestras mentes todo pensamiento erróneo. Nos ponemos la coraza de justicia y tomamos el escudo de la fe como nuestra defensa contra las dudas. Abrimos nuestros corazones para recibir la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, la cual, esperamos ahora recibir a medida que oramos. Así como la palabra de Dios venía sobre los profetas antiguos, esperamos que Tú envíes la palabra sobre nosotros ahora, para que tu poderosa voluntad sea mostrada entre tus siervos” (Ef 6; Sal 107:20; Gn 15:1, 4; 1 S 15:10, etc.).

El hacer estas cosas, impide que el diablo frustre sus oraciones con pensamientos de mentira o propósitos no sanos.

e. El Espíritu Santo Al Mando. Luego, ore esta oración: “Espíritu Santo, sometemos nuestras mentes y corazones a ti. Pon Tus oraciones sobre nuestros labios; Tus pensamientos en nuestras mentes; Tus sentimientos en nuestra alma. Nos sometemos a Tu Señorío, pues donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad” (2 Co 3:17).

f. Ore En Lenguas. Libere los ríos del Espíritu Santo por medio de comenzar a orar en lenguas todos juntos. Permita que esto sea una expresión de su fe, amor y obediencia a Dios. Su deseo es llegar a ser de un corazón y un espíritu con Dios y entre unos y otros.

4. Orando Por Los Demás
Después de seguir los pasos indicados, es tiempo de orar por los demás. Durante las sesiones de entrenamiento y aprendizaje, el líder o diácono más anciano de la iglesia debe fungir como capitán del equipo de oración. También, para clarificación, les pediremos que oren por los candidatos en las instrucciones posteriores.

a. Candidato En El Centro. Si el equipo se está preparando para orar por los candidatos que han venido con necesidades especiales, pídale a un candidato (y a su compañero, cuando sea posible) que pase y se siente en el centro del círculo de oración.

b. Una Persona Dirige La Oración. Si la persona es un hombre, pídale a uno de los miembros varones del equipo (o viceversa si es mujer) para que dirija la oración por tal persona. En este punto, confíe en el Señor para que dé una oración profética.

Escuche la oración cuidadosamente, ya que puede que se revelen secretos ocultos durante la oración. El conocerlos puede capacitarle para ser de más ayuda a la persona.

c.  Entreviste Al Candidato. Si no hay dirección de parte del Espíritu Santo respecto a qué hacer después, pídale al capitán del equipo que entreviste brevemente a la persona, como sigue:

1) ¿Por Qué Han Venido? Pregúntele a la persona: “¿Por qué vino? ¿Qué espera recibir?” A medida que contesta, los miembros del equipo pueden escuchar la confirmación de algo que hayan recibido del Espíritu durante la oración.

Continúe hablando con la persona, así como hizo Jesús cuando ministraba a la mujer de la fuente de Samaria (lea Juan 4:4-30). No deje que la entrevista se extienda por más de tres o cinco minutos.

2) Comparta Las Percepciones Espirituales. Si algunos miembros del equipo consideran que el Espíritu les ha dado algo que compartir, éste es el tiempo.

Algunas veces se formará un cuadro en su mente. El Espíritu puede hacerle saber lo que significa. En otras ocasiones, el Espíritu le traerá a la mente un versículo de la Escritura que confronte la necesidad.

En otras ocasiones, el Espíritu le dará una impresión vaga de algo que no tiene manera de descifrar. Si es así, comparta tal imagen que usted considera que recibió del Espíritu con el equipo de oración y con el candidato.

Luego, pregúntele al candidato: “¿Es eso cierto?” Si su respuesta es “NO, no es cierto”, dígale: “Lo siento. Puede que tal pensamiento haya venido de mi propia mente”. Si dice: “Sí, es cierto”, entonces proceda como el Espíritu le dirija.
3) Todo El Equipo Ora. Si no tiene dirección de cómo proceder, pídale a todo el equipo que imponga sus manos sobre el hombro o cabeza del candidato (dependiendo de las costumbres locales) y oren en el Espíritu juntos.

Confíe que durante ese tiempo de oración, los miembros del equipo reciban algo de parte del Señor. Si es así, comparta lo que recibió. Si nadie cree que haya recibido algo del Señor, el capitán del equipo debe orar una oración conclusiva (confiando en que el Espíritu Santo haga de ella una de orden profético).

Habrá tiempos en los que al parecer el Espíritu confiere poco o nada qué compartir. No insista en que algo suceda. Si el Espíritu no da nada, no trate de inventar algo. Dígale al candidato: “Jesús le ama y nosotros le amamos también”. Si es parte de la costumbre local, dele un abrazo cariñoso y sincero con un “Dios le bendiga”.

5. El Espíritu Dirigirá
Después de completar las “Seis Pautas”, el equipo deberá seguir orando en lenguas hasta que uno (o más) del equipo sientan una impresión del Espíritu en cuanto a qué deberán seguir orando. Espere que el Espíritu Santo le revele la voluntad y mente del Padre celestial, a fin de que sus oraciones tengan una dirección específica.

Tal dirección, puede venir en forma de un pensamiento, visión (un cuadro mental) o texto bíblico. Puede que envuelva personas, lugares, eventos relacionados con la iglesia de uno, nación o algún campo extranjero.

A menudo, el Espíritu de Dios moverá al equipo a orar acerca de una o más de las estructuras de la sociedad: los llamados “moldeadores de la mente”:

*Ciencia                                               *La Fuerza Militar                                             *Escuela
*Negocios                                           *Medios de Comunicación                                *Artes
*Gobierno                                            *Iglesia                                                            *Hogar 

a. Cada Uno Agrega Una Parte. Usualmente, una o más personas en el grupo percibirán una dirección a seguir en oración. El grupo entero deberá, para entonces, comenzar a orar suavemente en el Espíritu dependiendo de los dones de una Palabra de Sabiduría, de Ciencia, Discernimiento de Espíritus, Lenguas, Interpretación de Lenguas y Profecía.

A medida que los diferentes miembros del equipo oran en fe, Dios revelará qué y cómo orar. Cada uno agrega una parte de la revelación de Dios a medida que se les otorga tiempo para orar.

A esto es a lo que Pablo se refirió cuando dijo, que si la revelación descendía sobre alguien sentado alrededor, se le deberá otorgar permiso para hablar... podéis profetizar todos uno por uno (1 Co 14:30, 31).

b. Compañeros de Jesús. Esto, es oración profética genuina en acción. De esa manera, Dios puede producir una revelación completa de Su voluntad para una situación dada. En el presente estamos completando el círculo de Su propósito a través de la oración e intercesión.

Me asombro y maravillo de lo que el Espíritu puede revelar durante esos tiempos de oración. A medida que las mareas espirituales se levantan y la fe se eleva también, la oración viene a ser más real que los problemas y necesidades por las cuales oramos.

Durante una de nuestras conferencias, tuvimos diez equipos de oración intercediendo de esa manera. Extraordinariamente, cinco o seis de los equipos fueron guiados a orar acerca de la misma necesidad que el Señor les había mostrado en repetidas ocasiones durante el día de oración.

Los diversos equipos no sabían eso hasta que los llamamos para un tiempo de testimonio. Entonces, los capitanes de cada equipo, compartieron lo que el Espíritu les guió a orar y los resultados.

Una y otra vez, otros equipos se ponían de pie y decían: “El Señor nos dijo que oráramos acerca de la misma cosa en nuestro equipo”.

¡Qué gozo y consuelo trae esto cuando entendemos que somos compañeros con Jesús en Su ministerio de intercesión!

C. PROBLEMAS / PELIGROS EN LA ORACIÓN PROFÉTICA

A medida que consideramos el ministerio de los equipos de oración profética, necesitamos hablar acerca de algunas áreas de problemas o peligros. Los dones de la gracia de Dios pueden ser abusados de modos muy diversos. No tenemos por qué temer a nuestro enemigo, pero tenemos que estar conscientes de sus maquinaciones astutas y falsas (2 Co 2:11).

No debemos sorprendernos de que algo tan poderoso como los equipos de oración, puedan ser el objeto de sus ataques. La razón por la cual podemos esperar que surjan problemas concernientes a la oración, está delineado claramente en Proverbios 14:4: “Sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan”.

Este Proverbio comparte un principio simple que debemos visualizar. Donde no hay bueyes, es fácil mantener el establo limpio. No hay reguero qué recoger y limpiar.

Donde  hay bueyes, todo está regado y sucio. Pero también está la ventaja de utilizarlos para sembrar los campos y recoger una cosecha abundante. Necesitamos las fuerzas de los bueyes para labrar los campos. La verdad es muy clara. Si queremos utilizar la fuerza de los bueyes y recibir una cosecha abundante, vamos a tener que trabajar y afrontar los problemas de limpieza y regueros en el establo.

Si queremos el poder y resultados que los Dones del Espíritu de Dios puedan traernos, vamos a tener que confrontar los problemas, y las personas problemáticas, que vienen con estos.

Es posible poner a un lado los Dones del Espíritu Santo y, como resultado, tener una vida estéril y añeja. La limpieza del establo y los bueyes muertos, es un paralelo semejante. Las iglesias muertas son inactivas, no tienen poder y no alaban a Dios, como consecuencia, no reciben las cosechas.

La adolescencia o años de la pubertad tiene sus propios problemas especiales. Es la línea fronteriza entre el tiempo que se deja de ser un niño para entrar a la etapa de ser un adolescente. Es un tiempo en el cual un poco de conocimiento y muchas energías desean anteceder la experiencia y prudencia.

Esto es cierto en nuestro crecimiento y vida como cristianos. Muchos problemas pueden emerger cuando nuestro conocimiento acerca de los Dones del Espíritu no es equilibrado por la madurez y experiencia del carácter del creyente.

Hemos visto que cuando la articulación de los Dones de Lenguas, la Interpretación de Lenguas y Profecía, son acompañados de una Palabra de Ciencia (conocimiento) o Discernimiento de Espíritus, ellos juegan un papel importante en el ministerio de los equipos de oración profética.

(Para más comprensión de esos Dones, lea las Secciones D1 y D2 de la Guía de Entrenamiento de Líderes.)

¿Cuáles son algunos de los problemas especiales que pueden emerger en la práctica de la oración profética?

1. La Dirección Personal Necesita Equilibrio
Uno de los peligros, es contemplar los Dones del Espíritu como si fueran “medios mágicos” de recibir la voluntad de Dios para la dirección personal semanal o diaria. Tal “mal uso” de los dones, podría compararse con el visitar a una persona con espíritu de adivinación.

Dios nunca nos dejará escapar de una vocación de fe. La fe opera en la confianza de que Dios cumple Sus promesas: “Jehová te pastoreará siempre...” (Is 58:11). Permítame asegurarle que si usted no está en rebelión, es difícil perder la voluntad de Dios.
Dios, en ocasiones, es misericordioso con nosotros y nos da confirmaciones proféticas firmes a través de aquellos que oran por nosotros. No obstante, no deje que eso sea un sustituto para sus propias relaciones con Dios. Él, puede hablarle directamente a usted si aprende a escucharle en sus tiempos de devoción privada.

Siempre tiene que haber un equilibrio entre lo siguiente:

a. La Palabra De Dios: principios bíblicos y palabras especiales.

b. El Espíritu De Dios: Testimonio interior, sueños, dones espirituales.

c. El Cuerpo De Cristo: Confirmación por asesoramiento y profecía.

d. Circunstancias: Cómo sean ordenadas o vueltas a arreglar por Dios.

e. Nuestras Actitudes: Humildad personal, fe y obediencia.
Dios desea que nuestra fe y confianza estén puestas en Él. La dirección debe venir de nuestras relaciones con Dios y entre unos y otros en el Cuerpo de Cristo. Cuando tales relaciones están en su debido orden, entonces podemos esperar que el Señor nos dirija de una manera segura y protectora. El salirse fuera de ese equilibrio divino, es como dejar la puerta abierta hacia direcciones falsas, insensatas e influencias peligrosas.

(Para un estudio más detallado sobre Dirección, lea la Sección D12 en la Guía de Entrenamiento de Líderes.)

2. Humildad: Contrario A La Arrogancia
La humildad es nuestra protección contra los errores humanos. Los Dones del Espíritu Santo siempre están sujetos a los errores humanos. Todos podemos cometer errores en este aspecto.

Siempre se corren ciertos riesgos cuando Dios permite que Su palabra perfecta sea articulada a través de hombres imperfectos.

No obstante, Dios ha provisto una vía de protección tanto para Su siervo como para Su palabra. Hay gran seguridad en la humildad. La humildad en los Dones del Espíritu, es expresada de dos maneras:

a. Disposición para admitir que podemos cometer errores.

b. Disposición para recibir corrección cuando cometemos errores.

Permítame darle un ejemplo de lo que quiero decir. El Pastor David Schoch de Long Beach, California, USA, tiene uno de los dones proféticos más poderosos que jamás haya presenciado en cuarenta años de mi ministerio. Él emplea gran parte de su tiempo en oración e intercesión.

Como ya había dicho, tal preparación es necesaria para el ministerio profético. Él, protege su llamado profético de manera muy responsable. Los años han demostrado la madurez y efectividad [precisión] de su ministerio.

En el año 1965, estuve en un servicio en el cual cientos de personas de toda la nación se congregaron. David estaba ministrando. Por medio de la revelación del Espíritu (Palabra de Ciencia o Conocimiento), David señalaba hacia diferentes personas de la audiencia (quienes eran extrañas para él) y les describía sus problemas y enfermedades físicas.

Para confirmar que no estaba equivocado en lo que decía, siempre le preguntaba a las personas que señalaba si lo que le había dicho era una descripción exacta de sus necesidades o no. Si decían que sí, entonces oraba por ellas. Muchas personas eran sanadas. Entonces, algo insólito ocurrió.

Él llamó a una dama y comenzó a describir su condición. Le preguntó si estaba sufriendo de tal problema. Ella le contestó: “¡No! No tengo la condición que usted describió!”.

La respuesta de David ante aquella multitud de seiscientas a setecientas personas, fue de gran humildad. El no discutió ni se disculpó. Simplemente dijo: “Lo siento, hermana, parece que me equivoqué”. Reconoció que era capaz de cometer errores y dijo que estaba muy apenado al respecto. Entonces, detuvo el ministerio de sanidad y regresó a la predicación de su mensaje.

Al final del sermón, unos 40 ó 50 minutos más tarde, extendió una invitación al altar para las personas que necesitaran oración. Para sorpresa de todos, la dama que había negado su necesidad corrió hacia el frente. Entonces, confesó que debido a que se sentía avergonzada había mentido concerniente a no tener el problema que David le había descrito. Pidió perdón a Dios ante toda aquella audiencia y se disculpó ante el Hermano David.

A la luz de aquello, me impresionó muchísimo la reacción tan amable del Hermano David Schoch ante la negación de la dama al principio.

A pesar de que él había estado en lo cierto, y que ella era la que había mentido, él no trató de defenderse ni de retar la declaración de la dama. No hizo reclamación alguna de que fuera infalible, sino que admitió que podía equivocarse. ¡Qué ejemplo más noble de humildad a ser imitado por todos nosotros!

Si usted piensa formar un equipo profético, tiene que examinarlas para ver si son humildes. Tienen que ser personas exentas de una actitud defensiva, tanto de sí mismas como del don. Si otros no aceptan la revelación, deben mostrar humildad para reconocer que pueden equivocarse y estar dispuestas a disculparse.

3. Profecías Falsas
Existe un principio importante de equilibrio espiritual que deseo discutir.

“No apaguéis al espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Ts 5:19-21).

a. Examinadlo Todo, Retened Lo Bueno. La Biblia nos dice que debemos apreciar el valor de la palabra profética. Sin embargo, también se nos dice que examinemos y probemos tal palabra para ver si está bien o mal.

Únicamente entonces podremos retener firmemente aquello que es bueno, y desechar aquello que es erróneo.

¿Cuál es la manera de comprobar si una profecía es correcta o incorrecta?

“Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado? Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él” (Dt 18:21, 22).

La respuesta es muy simple: Una profecía verdadera se cumplirá y estará en armonía con la Biblia.
Lamentablemente, algunos ministerios “proféticos” nunca someten sus profecías a prueba. Ellos no piden confirmación de la autenticidad de lo que dicen “por revelación”. Otros hasta creen aun que han llegado hasta el lugar de ser infalibles: que nunca se equivocan.

Ha habido resultados trágicos tanto para el profeta como para el pueblo, debido a la falta de responsabilidad al respecto.

b. Juzgue Al Profeta. Una manera de juzgar a un profeta, es viendo si él es responsable de sus palabras proféticas y sus efectos. ¿Acaso son palabras de verdad y vida, o son palabras que producen confusión, temor, división y desilusión? (Lea también la Sección D2.)

Tuve el privilegio de orar, en pareja con un profeta, por un matrimonio. El hombre era un dentista. Dios le había bendecido con una buena casa, la cual utilizaba una vez a la semana para un servicio de oración grande. Podía acomodar más de 100 personas en una recámara gigantesca que tenía en la parte de atrás de su casa.

Dios salvaba, sanaba y bautizaba las almas con el Espíritu cada semana en aquellos servicios. La presencia de Dios se sentía en su hogar y las almas eran compungidas por el Espíritu para concurrir y recibir ayuda.

Pero una vez alguien vino a su servicio y profetizó al dentista que debería vender su hogar y salir en un viaje misionero o ministerial. Deseando hacer la voluntad de Dios, puso su casa en venta. Su esposa se desconcertó y no tenía paz. El dentista también estaba disgustado, pues no había recibido invitaciones para ministrar en algún lugar ni se le habían abierto puertas. Esta pareja vino a nosotros para recibir ayuda y confirmación.

No sabíamos nada respecto a las circunstancias narradas anteriormente. El Señor habló al profeta que yo acompañaba en oración diciendo: “Atadura Profética”.

Él vio por el Espíritu, que una profecía falsa había sido articulada para ellos, la cual, había producido aquella confusión espiritual.

El profeta y yo nos unimos en oración, y quebrantamos aquella “ligadura profética” liberándolos para que escucharan la voz de Dios para sus vidas. Ambos, lloraron profusamente a medida que la paz de Dios fluía a través de sus espíritus. Estaban saturados de gozo cuando comprendieron que Dios los había librado de cometer un trágico error. Esto ilustra el porqué necesitamos ejercer cuidado y humildad cuando ministramos a otras personas. Por el contrario, podemos articular palabras de atadura en lugar de palabras de liberación.

Oremos para ser como Jesús. Él dijo: “El espíritu de Jehová el Señor es sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel” (Is 61:1; Lc 4:18).

Jesús vino para liberar, no para condenarnos ni ponernos en prisiones.

D. CONCLUSIÓN

Sí, hay un propósito especial, poder y protección en el ministerio de los equipos de oración profética. ¡El experimentarlo, es conocerlo! Es un ministerio que Dios está restaurando a Su Iglesia en todo el mundo.

Es alentador saber que las oraciones de cada equipo son unidas a las oraciones de muchos otros equipos en el Cuerpo de Cristo. Existe un vínculo de amor en la oración que unifica nuestros corazones como hermanos y hermanas en la gran familia de Dios.

Todos estamos en el mismo Equipo con el mismo deseo: para que la voluntad de nuestro Padre sea hecha en la tierra así también como en el Cielo.

“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18:19,20).
                                   

E agora, senhora, rogo-te, não como escrevendo-te um novo mandamento, mas aquele mesmo que desde o princípio tivemos: que nos amemos uns aos outros.
E a caridade é esta: que andemos segundo os seus mandamentos. Este é o mandamento, como já desde o princípio ouvistes: que andeis nele.

2 João 1:5-6


Siempre su amor esta a tu alcanze

Siempre su amor esta a tu alcanze